Estados Unidos promete apoyar a Brasil en sus proyectos ambientales y de desarrollo y extraditar “inmediatamente” al expresidente Jair Bolsonaro si el gobierno se lo pide, pese a que el atraque de buques iraníes en costas brasileñas levantó ampollas en Washington.

Durante una animada sesión este miércoles ante el comité de Relaciones Exteriores del Senado, el jefe de la diplomacia estadounidense para América Latina y el Caribe, Brian Nichols, subrayó la importancia de Brasil como aliado.

Estados Unidos es el mayor inversor extranjero en Brasil, con el que en 2024 celebrará 200 años de relaciones bilaterales.

Brasil representa un importante mercado, ya que importó productos estadounidenses por valor de casi 47.000 millones de dólares en 2021, explicó Nichols.

Después de frías relaciones bajo el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro Washington se propuso estrechar lazos y en febrero el presidente demócrata, Joe Biden, recibió en la Casa Blanca a su homólogo brasileño, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.

Ambos tienen bastante en común después de que miles de bolsonaristas atacaran los edificios de la Presidencia, el Congreso y la corte suprema en Brasilia, dejando escenas que recordaban el asalto al Capitolio por parte de simpatizantes del expresidente republicano estadounidense Donald Trump para impedir que se validara la victoria electoral de Biden.

Bolsonaro se encuentra en Estados Unidos y tramita una nueva visa, pero Nichols asegura que el gobierno de Biden no se lo pensará dos veces si Brasil pide su extradición. Eso sí, se negó a decir si lo había hecho.

“Tenemos una fuerte relación con Brasil, y manejaremos cualquier solicitud que recibamos del gobierno brasileño inmediatamente”, declaró.

El senador demócrata Bob Menéndez se mostró inquisitivo: “¿Tenemos una solicitud de extradición pendiente?”.

Nichols contestó, imperturbable, que “no comentan si los países han presentado o no solicitudes de extradición”.

Esta disposición a actuar con premura y una mayor sintonía no impide desencuentros. 

El atraque del 28 de febrero al 4 de marzo de “Makran” y “Dena”, dos buques iraníes bajo sanciones estadounidenses, en Rio de Janeiro ha “consternado” a Washington y así se lo ha hecho saber a su aliado.

“Hemos transmitido nuestra consternación”, afirmó Nichols, pese a entender que “Brasil como nación soberana toma sus propias decisiones de política exterior”.

Esos barcos “no tienen cabida” en América Latina, recalcó.

El senador republicano Jim Risch replicó que nada impide que Irán lo vuelva a hacer si no se toman medidas.

Nichols explicó que los demás países latinoamericanos “decidieron no recibir a los barcos y no es por casualidad”, sino porque se ha conversado con ellos “sobre los riesgos que plantea Irán”.

“Una voz líder”

La sintonía tampoco es perfecta sobre Ucrania.

Brasil ha condenado la operación rusa pero Lula se niega a entregar armas a Kiev, como le hubiera gustado a Washington, y promueve la creación de un grupo de países para instaurar una mesa de negociación.

“El presidente Lula pone énfasis en la cooperación Sur-Sur y busca posicionar a Brasil como una voz líder para la paz” en Ucrania, afirmó Nichols.

“La Federación rusa es la única responsable de la guerra” pero “damos la bienvenida a todos los esfuerzos genuinos para asegurar una paz justa y duradera”, añadió, sin decir claramente si apoya a Lula.

Reiteró, por el contrario, que Estados Unidos aborda “de cerca” con Brasil los “temas de seguridad alimentaria global” y la búsqueda de alternativas a los fertilizantes importados de Rusia para “limitar la influencia” rusa. 

“No podemos fallar”

Contra su otro rival, China, principal socio comercial de Brasil, Estados Unidos “aprovecha los niveles sin precedentes de inversión” directa en Brasil, y trabaja “en redes abiertas de acceso” para competir con el 5G chino.

En la audiencia compareció asimismo Richard Duke, enviado presidencial adjunto para el clima.

“Además de ser el séptimo país más poblado del mundo, Brasil es el sexto mayor emisor de gases de efecto invernadero a nivel mundial”, pero su “selva amazónica juega un papel fundamental en la regulación del clima global”, explicó Duke.

“La verdad es que no podemos fallar. No podemos fallar debido a la importancia de Brasil para el clima global, la seguridad alimentaria y la biodiversidad”, ni tampoco para la asociación estratégica entre ambos países, dijo.

Porque -advirtió- el trabajo de décadas “para crear una relación más estrecha con Brasil se ha erosionado en los últimos años”, al tiempo que el papel de China “ha ido en ascenso”.

Fuente: elPeriódico de Guatemala

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