El sector del azulejo puede tener un 2023 “esperanzador” en términos de rentabilidad si consigue mantener la subida de precios acometida en 2022 y se mantiene el contexto de bajada de costes. Así lo señala un informe elaborado por la consultora Solunion sobre la industria azulejera española que ha sido publicado este martes.
Y es que el citado estudio reconoce que tras un 2021 con cifras récord en términos de demanda, en el tercer trimestre de 2022, el volumen empezó a mostrar signos de debilidad hasta alcanzar variaciones negativas en el segundo semestre de 2022. Solunion apunta a tres factores que han sido determinantes en ese descenso de la demanda. En primer lugar, el fin de la ‘demanda embalsada’ que dejó la covid; en segundo lugar se ha demostrado la sensibilidad del consumidor final al aumento de precio; además, el auge de las reformas ha perdido fuelle y la inflación ha mermado la capacidad adquisitiva, lo que ha reducido el consumo.
Pese a ello, el informe concluye que el azulejo “parece seguir ofreciendo muchas más ventajas frente a otras soluciones que están perdiendo cuota de mercado como el mármol, la moqueta o la madera”.
Pérdida de competitividad
Otro de los aspectos que confirma Solunion es la pérdida de competitividad que el sector viene señalando que sufre por el incremento desorbitado del precio del gas en Europa y la ausencia de ayudas estatales. La transferencia del incremento del coste del gas al precio de venta del azulejo ha sido tardía y en un importe muy inferior. Estima la patronal que en 2022 el coste energético ha supuesto un 45 % de las ventas, lo que ha generado “asfixia energética”.
En este sentido el estudio recuerda que a lo largo del pasado año los operadores que no han podido cerrar acuerdos favorables sobre el coste energético se han visto forzados a parar hornos y presentar ERTE y ERE con el objetivo de deshacerse de una parte de su coste fijo.
Además, los productores que no lo han hecho, asumen el riesgo de tener un stock producido con inputs caros en el contexto actual de bajada de precios, lo que les forzaría a vender a pérdidas. Las empresas que han cerrado a un precio razonable en el umbral de 80€ /MW o inferior, han elegido mayoritariamente seguir produciendo y han contado con algo más de margen para absorber las subidas de costes de otras materias primas.
Cuánto y qué producir
Cuánto producir y qué producir han sido otros dos grandes retos de las empresas del sector, según Solunion. La realidad es que se han priorizado los productos de alto valor añadido, como el gran formato, o los más innovadores, en detrimento de aquellos con menor margen, como el azulejo de pasta roja. También se ha observado una tendencia a abandonar mercados lejanos que aportan poco margen y en los que los costes de producción locales son inferiores.
Los datos constatan que la rentabilidad del sector se ha visto afectada. Tanto es así que el Ebitda medio del Top 11 de empresas productoras se situó en 2021 en el 14,9% de las ventas mientras que en 2022 estuvo por debajo del 10%, lo que supone la cifra más baja del último lustro.
“Buen comportamiento” de las exportaciones
El estudio recoge también los datos de la Asociación Española de Fabricantes de Baldosas y Pavimentos Cerámicos y constata que el sector ha cerrado 2022 con 5.538 millones de euros de facturación, un crecimiento del 14,1% interanual aunque con un decrecimiento de los m2 producidos de un 15 %, con un total de 500 millones de metros de producción. Respecto a las ventas al exterior, señala que han tenido un “buen comportamiento” y señala el aumento del 16,6 % en su valor. En concreto, las exportaciones supusieron un 77 % de las ventas totales del sector.
Tal y como ha señalado en repetidas ocasiones Ascer, este crecimiento en valor se sustancia por el incremento del precio medio de venta de exportación, que ha sido del 34 % (hasta los 591 euros la tonelada) en los once primeros meses de 2022.
Merma en la liquidez
Solunion también ha analizado la liquidez de las 11 principales empresas azulejeras, que en 2022 presentaron una merma en la media de caja. El informe señala en concreto tres razones. El mayor coste de las materias primas exige a los operadores contar con más líneas de financiación de circulante. El sector es intrínsecamente intensivo en inversiones forzando a los operadores a destinar una parte de su caja a ellas. Tras un 2021 con un incremento del +24% de la deuda bruta en el Top 11, en 2022 la banca, consciente de la situación compleja del sector, ha mostrado una actitud “absolutamente prudente” en la concesión de nueva financiación a largo plazo, así como en la ampliación de líneas. En este contexto, los operadores han barajado otras fuentes alternativas de liquidez fuera de la banca tradicional. La más frecuente es el lease back, principalmente sobre maquinaria, opción interesante para poder obtener liquidez inmediata manteniendo la explotación del activo.
Fuente : Castellonplaza