Mientras España se dirige a las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo y a las elecciones generales de diciembre, los ciudadanos españoles afrontan las elecciones de la UE de 2024 con una mezcla de escepticismo y confusión ideológica, dijo a Efe la directora general de la empresa de encuestas 40dB Belén Barreiro.
En las elecciones al Parlamento Europeo, previstas para la primavera de 2024, los votantes españoles tienden a mezclar “europeo” con “nacional”, dice Barreiro, cuya empresa es responsable de las encuestas electorales a nivel nacional para medios como El País y la Cadena SER.
La frontera entre los intereses nacionales y los europeos, cada vez más difusa a medida que gran parte de la legislación nacional se decide en Bruselas, ha sido siempre uno de los grandes retos de los decisores de la UE en sus estrategias y campañas electorales institucionales.
“En las elecciones europeas, muchas votaciones se hacen a nivel nacional. Sin embargo, aunque hubo un distanciamiento de la UE en anteriores elecciones europeas (la última se celebró en 2019), desde la pandemia Europa ha vuelto a ser el centro de atención de los españoles”, afirma Barreiro.
El golpe sanitario y económico de la pandemia, y desde el pasado febrero las presiones inflacionistas y la crisis tras la invasión rusa de Ucrania, han aumentado la sensación de vulnerabilidad de los ciudadanos, que buscan de nuevo la ‘Europa que protege’ bajo el ‘paraguas europeo’. ‘, agrega el experto.
Medidas extraordinarias como la compra conjunta de vacunas contra el COVID-19 o los fondos Next Generation son solo algunos de los mejores ejemplos de una Europa que fortalece su músculo social.
“Desde hace unos años hay una gran desafección hacia la UE. Aunque tradicionalmente los españoles siempre han sido muy europeístas, en la gran recesión (de 2008) creció el distanciamiento con Europa. Sin embargo, desde la pandemia ha habido una ‘reconciliación’ muy clara con respecto a la UE”, subraya Barreiro, expresidente del estatal Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Uno de los argumentos comunes sobre la “falta de interés” en la UE (sin embargo, con altos porcentajes de participación de jóvenes en las últimas elecciones europeas) es la “distancia” entre las instituciones europeas y los ciudadanos, visión que comparte Barreiro.
¿Quiénes son la ‘izquierda de la UE’ y la ‘derecha de la UE’?
“Quizás las dificultades de los ciudadanos de a pie para comprender la compleja red de la llamada ‘burbuja de Bruselas’ les dificulta identificarse con esta lejana Europa”, dice.
“Bruselas está muy lejos. Lo que sucede y se decide allí es confuso y muy técnico. Los debates sobre Europa quizás deberían enfocarse de otra manera. Pero la verdad es que, a efectos prácticos, (las políticas de la UE) son difíciles de entender para la gente corriente”. añade Barreiro.
En la misma línea, Barreiro cree que “el ciudadano siempre ha tenido dudas sobre lo que significa ser de izquierda o de derecha en Europa (en el Parlamento Europeo). No hay una línea clara de cómo influye (el PE), y no hay una relación clara entre lo que votas en tu país y cómo es la distribución (del poder) en la UE”, lamentó el experto.
“En España, alguien que vota al PP (EPP) o al PSOE (S&D), oa otro partido, no entiende en qué se traduce eso a nivel europeo, y ahí se pierde el vínculo. El papel del Parlamento Europeo no es el de un parlamento nacional”, afirma el director general de 40db.
Barreiro alude a un concepto que se ha reiterado -y creciendo- desde que se celebraron las primeras elecciones directas al Parlamento Europeo en 1979: el “déficit democrático”, la distancia entre los europeos y las instituciones de la UE.
“No sé si es por el déficit democrático, pero los ciudadanos saben que no es (en las elecciones europeas) una votación como en su propio país y eso añade ambigüedad, y les hace preguntarse: ¿Cómo va a afectar realmente esto? ¿a mí?”.
Fuente: euractiv