Paradojas del destino y de la diplomacia: la Argentina y Egipto podrían convertirse en aliados estratégicos frente a las negociaciones que ambos países llevan adelante ante el FMI para reestructurar sus deudas y, a la vez, potenciarse como naciones complementarias en términos de intercambio comercial.
El ministro de Economía, Sergio Massa, mantuvo ayer un encuentro de trabajo con su par de Finanzas de Egipto, Mohamed Maait, bajo la firme decisión de coordinar políticas en espacios multilaterales “para promover el desarrollo inclusivo de países de ingresos medios, teniendo en cuenta los desafíos que presenta la nueva arquitectura financiera global”.
El objetivo central es articular estrategias comunes a la hora de negociar la deuda ante el FMI. Nada es casual. La Argentina y Egipto son los países que mayor deuda tienen hoy con el Fondo y las exigencias que se les plantean a ambas naciones a la hora de pagar son similares.
Egipto adeuda desde 2016 un paquete global de casi u$s 20.000 millones al FMI y como parte de los acuerdos de pago con el organismo internacional se han impuesto condiciones como la liberalización del tipo de cambio y la privatización de empresas estatales.
Cooperación financiera entre Argentina y Egipto
Durante la reunión de Massa con su par de Egipto de la que también participaron el viceministro de Finanzas de Egipto, Ahmed Kouchouk, y el asesor diplomático de Massa, Gustavo Martínez Pandiani, acordaron abordar temas de interés común como la relación con el bloque de los BRICS y su banco de desarrollo, acciones de cooperación financiera para promover procesos de deuda sostenible, uso de monedas alternativas para alentar el comercio y las inversiones, así como también el desarrollo de instrumentos para fortalecer el vínculo económico bilateral.
En el nudo de la cuestión central que es el de las negociaciones con el FMI tanto la Argentina como Egipto coincidieron en la necesidad de promover “soluciones creativas e inteligentes” para enfrentar los desafíos económicos de las naciones de ingresos medios, asegurando el desarrollo inclusivo y sostenible.
“Argentina y Egipto tienen muchos puntos en común y por ello debemos apuntar a unificar temas que hay con respecto a la forma en que encaramos las negociaciones con el FMI. Se trata de abordar un eje común para solucionar la deuda en medio de la crisis global“, dijo a El Cronista Martínez Pandiani que formó parte de la charla de Massa con Mohamed Maait.
Bajo esta idea de “coordinar acciones” los ministros de Economía de Egipto y Argentina acordaron un plan de acción común que contempla al menos tres ejes de trabajo:
1-La necesidad de que el Fondo comprenda un escenario de flexibilización en las exigencias planteadas ante casos como los que presentan estos países en relación a la deuda.
2-Promover un fuerte intercambio comercial sin uso de dólares. Es decir, establecer compensaciones. Así, la Argentina puede proveer a Egipto de la agroindustria y del lado egipcio ofrecer petroquímicos y fertilizantes.
3- Se fijó un memorándum económico-financiero para trabajar juntos con los BRICS y sustentar desde allí proyectos con financiamiento del Banco que lideran China, Brasil, India, Sudáfrica y Rusia. Esta línea, ambos Estados han solicitado su acceso al bloque de los BRICS, así como a su nuevo Banco de Desarrollo (NDB), del cual Egipto se ha convertido en su miembro más reciente y se espera que Argentina siga el mismo camino en los próximos meses.
Estabilidad económica
“La reunión de Massa con Egipto fue muy productiva porque comparten miradas de cómo avanzar en la negociación de la deuda con el FMI ya que hay problemas y necesidades similares”, abundó Martínez Pandiani.
Tanto Egipto como la Argentina mantienen conversaciones con el Fondo Monetario Internacional para consolidar programas que garanticen el sendero de estabilidad macroeconómica, sin descuidar el impulso al desarrollo local y el bienestar de los ciudadanos y ciudadanas.
En este sentido, Massa y Maait resaltaron que “se torna primordial fortalecer la cooperación tanto bilateral como con países de otros continentes en situaciones similares, con el fin de generar instrumentos que les permitan estar protegidos frente la inestabilidad económica y financiera global”.
Asimismo, coincidieron en la necesidad de que los organismos internacionales de crédito tengan una política específica para países de renta media los cuales, en base al funcionamiento actual, quedan postergados en la distribución.
Fuente: El Cronista