Una campaña que ha unido a empresas gastronómicas, expertos y ONG ha abierto un debate en Paraguay en torno al uso del trigo genéticamente modificado HB4 -resistente a la sequía-, cuya “liberación comercial” fue aprobada por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y es apoyada por gremios de productores.
“Pan sin veneno”, como fue bautizada la campaña, pretende recoger firmas en los locales gastronómicos en contra de la liberación del cultivo y la comercialización de este trigo en el país.
“Si no se logra frenar el cultivo de este trigo, este veneno se encontrará presente en la mayor parte de los alimentos cotidianos presente en supermercados, alimentación escolar, comedores, copetines y restaurantes, por eso pedimos la ayuda de la ciudadanía”, argumentan los promotores de la iniciativa.
La movilización responde a la aprobación de la resolución N° 556 del 10 de mayo de 2023 del MAG, la cual autoriza la liberación comercial del trigo HB4 “por trato diferenciado”, lo que supone que el país no debe hacer consultas ni estudios de campo al respecto. La medida respondió a un pedido del Instituto Nacional de Agrobiotecnología de Rosario (Indear), de Argentina.
Consultada por EFE, la investigadora Liz García, encargada del Observatorio de Derechos Humanos, Tierra y Agronegocios de la asociación civil sin fines de lucro Base-IS, cuestionó que la decisión se adoptó de manera “sigilosa”, sin una discusión pública y sin llevar adelante estudios independientes acerca de la materia.
García indicó que Base-IS alertó a la comunidad gastronómica de que el uso del trigo transgénico significará “la presencia de un peligroso agrotóxico en las mesas y en los campos” del país.
El trigro HB4 incorpora el gen HB4, descubierto por un equipo de investigación del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) liderado por la científica argentina Raquel Chan, que permite tener mejor tolerancia a la sequía.
Según la web del Grupo Bioceres, a cuya división Bioceres Crop Solutions fue licenciada la patente del gen, el trigo HB4 usa como marcador un gen de resistencia al glufosinato para distinguirlo de las plantas a las que no ha sido incorporado el gen.
La Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), que respalda la campaña, explicó que, “en términos sencillos, la liberación del trigo transgénico implica que el trigo cultivado contendrá residuos de glufosinato de amonio, un herbicida que se considera 15 veces más tóxico que el glifosato, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)”.
“Esta sustancia -agregó la Codehupy en un comunicado- es ampliamente cuestionada y fue prohibida en muchos países debido a su toxicidad aguda y sus efectos neurotóxicos, genotóxicos y alteradores de la colinesterasa”.
Al respecto, el ministro de Agricultura y Ganadería de Paraguay, Moisés Bertoni, dijo a EFE que la afirmación de que el trigo cultivado contendrá residuos de glufosinato de amonio “no tiene ningún asidero”.
“El glufosinato de amonio es un herbicida aprobado en el Paraguay, en la mayoría de los países, hace más de 40 años y su uso está extendido a todos los cultivos, no solamente al trigo”, expresó.
Bertoni consideró que Paraguay necesita incorporar tecnología para “seguir siendo exitosos” en esta industria, y una de ellas es la biotecnología.
“Hay gente que no tiene la menor idea de cómo se desarrolla la agricultura o están influenciados por ideologías para aseverar este tipo de situaciones”, expresó.
Estadísticas de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) indican que el año pasado se destinaron entre 370.000 y 400.000 hectáreas a la siembra de trigo en el país, de las que se obtuvo una producción comercial estimada en 850.000 toneladas, una cifra levemente menor respecto a las 980.235 toneladas de 2021.
Consultado sobre la campaña, el presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), Héctor Cristaldo, aseguró a EFE que existe una “ignorancia total del proceso agronómico”.
Según Cristaldo, la resolución que autoriza la liberación comercial del HB4 significa que en el país se pueden “empezar a desarrollar los programas de investigación para generar las variedades” de este trigo.
En ese sentido, aclaró que, hasta el momento, no existe “el primer cruzamiento” del trigo genéticamente modificado en el país, ya que ese proceso tarda entre ocho y diez años.
Fuente: Swissinfo