Chile se dispone a desafiar a Estados Unidos como líder del mercado de almacenamiento de energía, apostando por sus vastas reservas de litio y nuevas inversiones. La estrategia chilena incluye establecer cadenas de suministro locales en lugar de limitarse a exportar litio en bruto, maximizando el valor de sus recursos.
Aunque Estados Unidos espera desplegar otros 10 GW de almacenamiento de energía para finales de 2023, las grandes ambiciones de Chile y las enormes existencias de litio han dado al país sudamericano un camino para convertirse en el número uno en un futuro próximo, afirma portal Oilprice.com.
En todo el mundo se está produciendo una carrera para construir infraestructuras de almacenamiento de energía, y este sector está preparado para “un crecimiento explosivo” a medida que se acelera la adopción de energías limpias.
Dado que la energía solar y la eólica no son fuentes de energía de carga base —su disponibilidad aumenta y disminuye en función de variables como el clima y la época del año—, las baterías son necesarias para almacenar el excedente de energía producido en las horas de máxima producción, que luego se inyectará en la red durante las horas de máxima demanda, explica el medio.
“Un sector fuerte de almacenamiento de energía resultará ser la columna vertebral de la revolución de las energías renovables, ya que una industria así y a gran escala es esencial para mantener la red funcionando sin problemas a medida que las energías renovables dominen la combinación energética mundial”, aclara Haley Zaremba desde Oilprice.com.
Además, destaca el autor, aunque “está en pañales”, el sector del almacenamiento de energía está llamado a convertirse en una industria increíblemente lucrativa debido a su papel central en la transición hacia la energía verde.
La mayoría de las baterías que se utilizan hoy en día para almacenar energía son de iones de litio, lo que da a Suramérica, rica en ese metal, una gran ventaja en el mercado del almacenamiento de energía.
“El continente dispone de grandes cantidades de litio y, a diferencia de Estados Unidos, ya cuenta con capacidad de fabricación, conocimientos técnicos y una industria experimentada para apoyar el aumento y la reducción de la producción de litio a corto plazo”, indica Zaremba.
Chile, que forma parte del llamado triángulo de litio, una región que incluye también a Argentina y Bolivia, se ha fijado objetivos extremadamente ambiciosos para la expansión de las energías renovables, así como para el sector del almacenamiento de energía.
Por ejemplo, hacia fines del año 2022, el parlamento chileno aprobó la Ley de Almacenamiento y Electromovilidad que fomenta el desarrollo de la acumulación de energía y los vehículos eléctricos, y el Gobierno se marcó el ambicioso objetivo de alcanzar el 70% del consumo total de energía a partir de fuentes renovables para 2030.
Los incentivos al almacenamiento de energía de Chile “ya han dado sus frutos”. Así, a la fecha, hay 85 proyectos de almacenamiento de energía en distintas fases de desarrollo en todo el país, con una capacidad total de 6,4 GW.
Además, se asignaron 2.000 millones de dólares para subastas de almacenamiento a gran escala, y está previsto que doce proyectos con una capacidad combinada de aproximadamente 1,3 GW entren en funcionamiento a finales de 2023. A ello se sumará 1 GW anual de instalaciones previstas de 2024 a 2026, informa el portal.
En opinión de Zaremba, aunque los países del triángulo del litio llevan años produciendo y exportando litio, cada vez son más reacios a venderlo como materia prima a economías más desarrolladas e industriales como EEUU, y prefieren construir sus propias cadenas de almacenaje.
“Sabemos que la industria [de litio] hoy está creciendo y hay mucha presión y volatilidad de precios”, comentó a Bloomberg la subsecretaria de Desarrollo Minero del Ministerio de Economía de Argentina, María Fernanda Ávila. “Pero se trata de aprovechar al máximo esta ventana de oportunidad, no solo enviando carbonato de litio”, profundizó.
Fuente: Sputnik