La imagen estereotipada que una parte de la población española tiene de Portugal podría resumirse de la siguiente forma: ese vecino simpático e ‘inferior’ en términos económicos (es verdad que tiene una renta per cápita algo más baja), al que acudíamos (sobre todo los ciudadanos de la Raya o frontera) hasta no hace mucho para comprar toallas y café barato, y que ahora visitamos de forma masiva durante nuestras vacaciones para disfrutar de su gastronomía (bacalao en todas sus formas posibles, francesinhas…), belleza y precios asequibles. Esta vaga y simplista descripción está, tristemente, muy extendida. Sin embargo, la distancia entre Portugal y España es cada vez menor, como revelan algunos indicadores económicos clave en los que los lusos han tomado la delantera y no parece que la vayan a abandonar a medio plazo: algo está cambiando en el país vecino.
Más allá del lento, pero constante, acercamiento de Portugal a España en términos de renta per cápita, desde hace tiempo la economía vecina viene superando a España en algunos indicadores relevantes como puede ser la prima de riesgo (Portugal paga menos que España por su deuda) o el desempleo. No obstante, la semana pasada se produjo otro sorpasso menos mediático, pero más significativo si cabe. La deuda pública portuguesa cayó al 110% del PIB, un punto por debajo de la española, que se encuentra en el 111,2%, según los últimos datos publicados por Eurostat.
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Los datos hablan por sí solos. En 2011, la diferencia de deuda pública era de 50 puntos sobre PIB a favor de España, hoy la diferencia es a favor de Portugal, que tiene un punto menos de deuda sobre PIB. Desde el año 2014 (cuando alcanzó el 50% del PIB), el gasto público sobre PIB ha tendido a caer con intensidad en Portugal (salvando la pandemia). Portugal ha aprovechado los años de crecimiento para recortar el gasto, mientras que en el caso de España este movimiento ha sido mucho más tímido o ni siquiera ha existido.
Muy pocos habrían apostado por este escenario hace una poco más de una década. Portugal fue uno de esos tres países que tuvo que solicitar oficialmente un rescate en 2011, porque era incapaz de financiarse en los mercados. Sin embargo, hoy tiene menos deuda pública que España. El rigor fiscal del Gobierno de Portugal, junto al buen momento de su economía, han permitido a la economía lusa recortar su deuda en 28 puntos a España en poco más de dos años. También es justo decir que España se lo ha puesto bastante fácil.
Remontada en la deuda pública
Se tiende a argumentar que buena parte del éxito luso es producto de los sacrificios y esfuerzos del periodo 2011-2015 (reformas estructurales, recortes, devaluación interna). Hay parte de verdad en ello, pero también es cierto que una buena porción de esta ‘consolidación fiscal’ (si se puede llamar así) se ha producido desde en los últimos años, impulsada por un crecimiento económico sólido, la ayuda de la inflación (que reduce el peso de la deuda sobre PIB) y la contención en el gasto.
Aunque Portugal lleva reduciendo la brecha de deuda con España desde finales de 2012 (sobre todo por el fuerte aumento de la deuda española), el acelerón final se ha producido con la crisis del covid. El déficit de Portugal ha sido relativamente pequeño durante la pandemia, mientras que España registró el desequilibrio fiscal más alto de toda la Eurozona. ¿Cuáles han sido las diferencias de forma gruesa? Cabe destacar que Portugal fue uno de los países menos ambiciosos (dentro de la UE) a la hora de usar la política fiscal para contrarrestar el impacto del covid en la economía.
En un primer momento, esta decisión (semi-austeridad en un momento crítico) fue un tanto controvertida, puesto que el consenso de los economistas y expertos reclamaba un mayor gasto público para proteger la economía y allanar el terreno de la futura recuperación económica. Sin embargo, el Gobierno socialista de Portugal optó por dejar que los estabilizadores automáticos actuarán e intervino en puntos concretos, evitando un incremento masivo del gasto público.
El déficit público de Portugal ese año fue del 5,8%, frente al más del 10% sobre PIB de España, por ejemplo. Sin embargo, con el beneficio que aporta la retrospectiva, hoy todo hace indicar que Portugal tomos las decisiones fiscales adecuadas o, al menos, no se puede decir que fueron negativas. Tras la pandemia, Portugal volvió rápidamente a registrar un déficit por debajo del 3%, mientras que se espera que este año y el próximo registre superávits públicos, lo que permitirá que la deuda lusa siga bajando con intensidad y distanciándose de la deuda pública de España.
El país vecino tiene el honor de ser la economía con calificación ‘A’ que más rápido ha reducido su deuda pública sobre PIB en todo el mundo desde el pico alcanzado durante la pandemia del covid. Parte del éxito pertenece al fuerte crecimiento de la inflación, que ha ayudado a inflar el PIB nominal del país (el denominador de la ecuación deuda sobre PIB), pero también a la contención en el gasto público en Portugal.
Cabe recordar que, en 2019, antes de la pandemia del covid-19, Portugal logró un ligero superávit del 0,1% del PIB, el primero en 45 años de historia democrática del país. En 2022, solo dos años después del covid, registró un déficit del 0,4% del PIB en 2022, no obstante, “este año vamos a volver a tener superávit presupuestario, a pesar de haber cobrado mil millones de euros menos en el impuesto sobre la renta de las personas físicas y de haber adoptado el tipo cero en el IVA de los alimentos básicos”, afirmó Antonio Costa, primer ministro luso, en una entrevista con la emisora TVI recogida por Reuters, a principios de este mes. Por el contrario, el déficit público de España rondará el 4% del PIB este año.
Así, los expertos de JP Morgan ponen datos a estas tendencias en su último informe semanal. Los economistas del banco americano señalan que “dentro de Europa está destacando el gran superávit presupuestario de Portugal, que ayudará a reducir su ratio de deuda sobre PIB”. Los datos que maneja JP Morgan señalan que la deuda de Portugal caerá al 98,9% en 2024, mientras que la deuda de España se situará en el 106,3%.
Otras claves del éxito
La transformación de Portugal dio comienzo durante la crisis de deuda de 2011 y estuvo revisada y dirigida por los organismos que rescataron al país. Ello ha llevado a que algunos expertos consideren que el rescate pudo ser una bendición en lugar de una tortura (realmente fue un poco de ambas), puesto que los países que no fueron rescatados (España e Italia) siguen presentando hoy grandes vulnerabilidades y disfuncionalidades.
Las reformas estructurales introdujeron cambios importantes en el mercado laboral. Las reformas se centraron en la flexibilidad interna de las empresas, (pero también en la externa, reduciendo la indemnización por despido), se dio una mayor facilidad para ajuste de las horas trabajadas, se mejoraron las prestaciones por desempleo para incentivar la búsqueda de empleo, se puso fin a algunas restricciones al despido y se amplió la posibilidad de firmar contratos temporales, lo que hizo que el mercado laboral ganase en flexibilidad.
Bajo desempleo
Este es uno de los factores que ha permitido que Portugal (frente a otros países como Italia que apenas realizaron reformas) haya pasado de ser uno de los países con una tasa de paro más alta a una economía dinámica con un desempleo en la media de la Eurozona y muy por debajo de los países del sur. La tasa de paro de Portugal es hoy del 6,2%, mientras que la de España supera el 11%. Este es otro indicador en el que Portugal supera a España.
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Todo lo anterior queda reflejado en el rendimiento de la deuda pública. Los inversores exigen un interés inferior para financiar al Gobierno de Portugal. El bono luso a 10 años paga un interés del 3,5%, mientras que su homólogo español tiene que ofrecer más de un 3,9% para colocarse en los mercados. Este diferencial podría incrementarse a medida que la cantidad de deuda de Portugal prosiga su tendencia a la baja, frente al estancamiento de la española en el entorno del 110%.
Con estos datos y tendencias, la agencia Fitch ha elevado la calificación de Portugal hasta A-. “La mejora de la calificación de Portugal refleja el pronóstico de Fitch Ratings de que la deuda del gobierno sobre PIB mantendrá una fuerte tendencia a la baja, alcanzando el 96,5% en 2025. La caída proyectada de más de 38 puntos porcentuales desde el máximo relacionado con la pandemia de Covid-19 en 2020 es el mayor descenso entre los soberanos con calificación ‘A'”.
“El ratio de deuda en 2025 seguirá siendo mucho más alto que la mediana “A”, pero un cronograma de amortización de la deuda moderado mitiga los riesgos para la sostenibilidad de la deuda; Las proyecciones entre el servicio de la deuda y los ingresos para 2023-2025 están en línea con la mediana ‘A'”, sentencia la agencia de rating.
Fuente: El Economista