España está considerada la ‘huerta de Europa’ por la gran cantidad frutas, verduras y hortalizas que exporta a los países comunitarios. Y, sin embargo, el futuro de este negocio es incierto, debido al imparable avance de la desertificación del país. El agua, cada vez más escasa, puede terminar convirtiéndose en un lujo y en el nuevo ‘petróleo’ de España, un recurso caro y escaso por el que todos lucharán. El 80% de todo el agua dulce del país va a parar a la agricultura.
La degradación del suelo en España se ha triplicado en los últimos 10 años, según la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA), perteneciente al CSIC, lo cual crea un problema “irreversible a escala humana”, según explica el investigador de este organismo Gabriel del Barrio en declaraciones a AFP.
Esta situación hace que los suelos no sean capaces de retener el agua ni la materia orgánica, y por ello dejan de ser aptos para albergar cultivos o alimentar al ganado. Eso supone una grave amenaza para un país en el que la agricultura genera exportaciones anuales por valor de 60.000 millones de euros.
“La erosión del suelo es actualmente el principal problema para la mayoría de los agricultores de España”, señala la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA).
Agricultor recogiendo uva ASAJA
“España no va a ser un desierto con dunas como el Sáhara, eso es morfológicamente imposible”, señala del Barrio a la citada agencia. Pero la desertificación, entendida como una severa degradación del suelo que le hace perder su capacidad productiva, es un problema cada vez más grave en el país.
El calentamiento global está provocando un aumento de las temperaturas que, a su vez, causa una mayor evaporación del agua, lo que conduce a más incendios forestales. Pero, al margen de ello, la agricultura intensiva también aparece como una de las causantes de la destrucción del suelo, por las técnicas agresivas que utiliza para obtener grandes producciones.
Un ejemplo es Almería, que a pesar de su clima seco, se ha convertido en la huerta de Europa gracias a sus 40.000 hectáreas de invernaderos, un ‘mar de plástico’ que incluso es visible desde el espacio. Allí se producen miles de toneladas de hortalizas y legumbres a lo largo del año. Sin embargo, el precio de ello es elevado: estas extensas áreas productoras esquilman las aguas subterráneas y agotan los acuíferos, añade del Barrio. Y, sin embargo, esta situación no sólo se produce en Almería.
Desertificación en España MITECO/AFP
El programa de Naciones Unidas contra la desertificación confirma que el 75% del territorio español se enfrenta a condiciones climáticas que llevan a la desertificación, y de hecho nuestro país es la nación europea más amenazada por este problema.
La alternativa: prácticas menos agresivas
Ante esta situación, cada vez aparecen más iniciativas destinadas a lograr una agricultura sostenible, que evite castigar el suelo, recurso del que depende esta actividad. En Andalucía, por ejemplo, funciona una asociación de agricultores denominada AlVelAl que ha introducido prácticas “regenerativas” para detener la erosión que sufre el suelo de la zona.
Sus integrantes utilizan estiércoles en vez de fertilizantes químicos, evitan al máximo los pesticidas que matan a insectos beneficiosos, limitan el uso del arado “que daña el suelo” y utilizan materia vegetal para conservar la humedad y evitar su evaporación.
Cultivo de regadío PXHERE
En declaraciones a AFP, uno de estos agricultores, Juan Antonio Merlos, afirma que “este es un trabajo a largo plazo”, pues “en teoría, se necesitan siete años para ver los resultados de la agricultura regenerativa”. Sin embargo, él asegura que ya ha comenzado a notar esperanzadoras diferencias en el suelo y en los insectos de sus campos.
Reducir la superficie de regadío
Aquí, como en otras partes de España, se están imponiendo nuevas técnicas de ahorro máximo de agua en el riego, así como la potenciación de cultivos alternativos al regadío. De hecho, científicos y expertos españoles aconsejan insistentemente sustituir áreas de regadío por secano para terminar con el excesivo consumo de agua.
El biólogo y ecólogo Fernando Maestre Gil afirma: “Más del 40% de nuestros acuíferos presentan problemas de contaminación (por sustancias como los nitratos) y/o sobreexplotación”. Por ello, y por la cada vez mayor escasez de agua, apuesta por reducir la superficie de regadío en España.
“Hay que reducir la superficie de regadío”. Ello pasa, ha detallado, por “una moratoria en la puesta en marcha de nuevos regadíos y la reconversión de algunos de estos cultivos a secano”.
“Para ello hay que tener en cuenta el consumo de agua y de los cultivos y el retorno social del mismo, priorizando aquellos que generen más empleo y redistribuyan la riqueza de una forma más efectiva”, ha señalado.
Ha expuesto que “reducir el consumo de agua pasa por reducir su uso en agricultura, que consume más del 80% de todo el agua dulce que se usa en España”.
Fuente: Informacion