El Fondo Monetario Internacional (FMI) ofreció hoy detalles de la quinta y sexta revisión del programa de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) con Argentina, e informó sobre las nuevas metas en términos de reservas internacionales así como de gasto público hacia finales del año.
El organismo multilateral proyectó que la economía argentina caerá 2,5 por ciento mientras que la inflación será del 120 por ciento al cierre del 2023, al tiempo que reconoció el impacto de la fuerte sequía en estos indicadores.
“El programa se ha desviado como reflejo de la sequía histórica junto con retrasos en las políticas”, indicó el FMI a través de un informe.
“Desde la finalización del cuarto examen, la situación económica de Argentina se ha vuelto cada vez más frágil, con episodios de mayor volatilidad del mercado, y más recientemente, con incertidumbres políticas”, agregó.
El FMI, que recientemente concretó un desembolso por 7.500 millones de dólares para Argentina, señaló que el objetivo fiscal se mantendrá en 1,9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) para este 2023.
En ese sentido, aseguró que para este objetivo “los esfuerzos se centran en fortalecer controles del gasto a través de medidas iniciales para actualizar las tarifas energéticas y contener los salarios públicos y las pensiones, sin dejar de proteger el gasto prioritario en programas sociales y en infraestructura”.
“Las acciones se están complementando con aumentos temporales en los impuestos sobre divisas sobre bienes seleccionados y servicios para ayudar también a compensar la pérdida de ingresos por exportaciones relacionadas con la sequía”, continuó.
El FMI exigió al Gobierno de Argentina ajustar el gasto en un 11 por ciento entre agosto corriente y diciembre próximo a fines de lograr el objetivo fiscal al cierre del año.
Respecto de las reservas internacionales, el organismo consideró que con el nuevo paquete de políticas el país lograría acumular 8.000 millones de dólares antes de finalizar el año.
El pasado 14 de agosto, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) llevó el tipo de cambio oficial a 350 pesos por unidad, lo que representó una devaluación del peso, la moneda local, en más del 22 por ciento, al tiempo que aumentó la tasa de política monetaria al 118 por ciento.
Para el organismo, los recientes ajustes en el tipo de cambio, junto con el endurecimiento de la política monetaria “debería seguir ayudando a respaldar la acumulación de reservas” y al mismo tiempo “limitar” el traspaso del ajuste cambiario a la inflación.
El organismo estimó que “las tasas oficiales se mantendrán positivas en términos reales para apoyar la demanda de pesos y abordar la alta inflación”.
“Además, la política monetaria seguirá siendo un instrumento clave para contener las presiones del mercado, con intervenciones en paralelo y los mercados de futuros de divisas”, señaló el FMI.
Fuente: Xinhua Espanol